El renacer de Abde, el Fénix de Heliópolis
Periodista deportivo y creador de contenido en redes sociales. Mi objetivo es hacer del deporte algo accesible y divertido para todos. Porque aquí el tiempo extra siempre es emocionante.
Hay futbolistas que viven su carrera como una línea recta, sin grandes curvas, sin sobresaltos. Y luego está Ez Abde, un jugador de extremos, capaz de tocar fondo y de elevarse hasta lo más alto, de ser pitado por su afición y meses después firmar uno de los goles más importantes de la historia reciente del Real Betis Balompié.
Pocas trayectorias esta temporada simbolizan mejor el crecimiento del Betis como la suya. El extremo marroquí, fichado el pasado verano como una de las grandes apuestas del club, vivió una montaña rusa emocional que ahora encuentra su cima en la clasificación para la final de la UEFA Conference League. Y todo gracias, en buena parte, a su fe, a su carácter y a su insistencia por demostrar que merecía un sitio en Heliópolis.
De la sombra al olvido: los meses oscuros de Abde
La temporada pasada terminó mal para Abde. Cuestionado, sin brillo, y con un ambiente cada vez más frío por parte de su propia grada. Aun así, se propuso revertir la situación. Comenzó el nuevo curso con intensidad, aportando goles, desborde y electricidad, mostrando ese perfil imprevisible que tanto gusta en el Villamarín. Pero el globo se desinfló pronto.
Las malas decisiones se acumularon, los minutos en el campo dejaron de ser productivos y algunas lesiones terminaron por sacarlo de la rotación. El impacto fue tal que la irrupción de Jesús Rodríguez borró por completo su presencia. Abde pasó de ser un activo ilusionante a un nombre olvidado, arrinconado por el presente y el olvido.
El Fénix de Heliópolis
Y entonces, como si algo se encendiera dentro de él, Abde volvió. De la nada, de ese rincón en el que los jugadores se refugian cuando caen, el marroquí resurgió con una fuerza nueva. Recuperó la chispa, la velocidad, el descaro. Empezó a salir desde el banquillo para agitar defensas, para desequilibrar partidos. Fue recuperando minutos, sensaciones… y confianza.
Volvió a ser el jugador que ataca con hambre, que mira la portería y no el banquillo. Y Pellegrini, que tiene la virtud de recuperar talentos casi perdidos, volvió a creer en él. Hoy, Abde es una de las armas más poderosas del Betis, un puñal por la banda que no solo aporta vértigo, sino también pegada.
Su gol en Florencia, ese tanto que metió al Betis en su primera final europea, es la metáfora perfecta de su temporada: inesperado, potente, definitivo. Un premio a su resiliencia y a su talento.
Una nueva versión con hambre de gloria
Abde suma ya 8 goles y 5 asistencias en una temporada de luces y sombras. Números que podrían parecer discretos, pero que cobran un valor gigantesco cuando se entiende el contexto y el peso específico de sus últimos partidos. Y lo más ilusionante para el beticismo es que parece haber roto su techo mental. Hoy se le ve ambicioso, solidario, enchufado. Con más ganas de ser importante que nunca. Justo lo que siempre se le exigió.
Con el Betis peleando por entrar en Champions y a las puertas de una final continental, Ez Abde se ha ganado el derecho a ser parte central del sueño. Porque el fútbol siempre da segundas oportunidades. Y porque los jugadores especiales, como él, saben cómo aprovecharlas.
