El país de los alomejores
EL POYETE
Sevilla, 2001. Caballo de carreras de fondo, escritor de distancias cortas. Periodista, bético, sevillano.
Estamos preñando la vida de esterilidades, ennegreciendo el color de los días, ladrándole a figuritas vulgares. Estamos documentando la nada, conquistando lo que tenemos atado, convirtiendo en mortal hasta el más pequeño de los pecados veniales. Todo es demasiado grave, porque lo más chico se nos hace grande, porque lo importante ya no es clave. Ahora que el mentiroso no se trabaja la mentira para qué coño va el honrado a defender la verdad. Ahora que el tonto triunfa con la tontería para qué va a servir la intelectualidad. Vamos seguros de nosotros mismos, camino de ninguna parte, hacia un precipicio lleno de camitas hinchables.
Buscamos el mapa de un tesoro incalculable, perseguimos las coordenadas de Nunca Jamás. Metemos la dirección en Google Maps y aparecemos en el país de los alomejores. Transitamos por el tal vez, por el ya veremos, por el llámame para un café. El ojalá es un balón que se pierde en la maleza del presente. Dormimos a pierna atada, con la conciencia drogada y la cabeza sobre un cojín de vanidades. Despertamos con el mundo alterado, pero es el café y el cigarro el que nos revuelve el estómago. Y la vida sigue, y nosotros nos conformamos, claro, qué le vamos a hacer. Está la agenda llena de tareas, está el teléfono pegando pitidos, está la rutina reclamando ruido. Uno levanta la persiana y se autoconvence de que con ella está levantando también el ánimo.
De eso, de las obligaciones, es de lo que se sirven los que tienen la responsabilidad de gobernarnos para que la fuerza se nos vaya por la boca. De ahí que solo movamos los dedos para mandar nuestro mensaje embotellado al océano apocalíptico de las redes. Y te enzarzas con quien tienes a mano, y te enamoras de gente artificial, y aceptas que nosequién es tu amo, y compadreas con quien dice lo que quieres escuchar. Qué gracia lo de que te guste la fruta, qué derroche de genialidad, qué buen zasca a un periodista el del ministro neanthertal. Una vergüenza lo de las mascarillas, pero los otros tienen mucho que callar, si los que roban son los míos, bien robado está.
Uf, lo del periodismo es un desastre, mira a los hooligans esos haciendo el cafre en el Congreso. Luego está lo de TVE y su presentadora estrella, con talento suficiente para poner contra las cuerdas a uno y para masajear luego a otro. Que, oye, que no cobra medio millón, pero, por lo que sea, no va a decir lo que gana. Ni que fuera la cadena que pagamos todos. Tranquilos, que esto lo arreglamos, vamos a fichar al Broncano, que extravió la gracia en 2017, pero seguro que da juego. No veo el momento de que lleve a Koldo y a Ábalos a ‘La Resiliencia’, y les pregunte, qué despiporre, cuánto dinero tienen en el banco y cuánto han chingado en el último mes. Está todo precioso en este marzo feminista, cuándo es el día del hombre, cuándo el de la humanidad. Sigamos buscando la igualdad, pero tú, justo tú, ándate con ojo, que no te van a amnistiar. Ni que tuvieras siete votos.
