
Querido lector, querida lectora, les invito a que hagamos un viaje hacia un continente amigo, Asia, para tomar la obra de Lao-Tse, interesante personalidad china cuya existencia histórica se debate.
Lao-Tse, conocido también por Lao Tzu, Lao Zi, Laozi o Laocio significa “viejo maestro” y es considerado uno de los filósofos más relevantes de la civilización china con su legado sobre el Taoísmo. La tradición plantea que vivió en el siglo VI a. C., pero muchos eruditos modernos argumentan que pudo haber vivido aproximadamente en el siglo IV a. C., durante el período de las Cien escuelas del pensamiento y de los Reinos Combatientes. Dentro de las dudas sobre la existencia de Lao-Tse y sobre la época en la que vivió, se cree que puede ser contemporáneo de Confucio. A pesar de que en otros casos hay una transmisión impresionante de la antigua China, sobre Lao-Tse no se sabe casi nada. Las fuentes que más tempranamente lo mencionan, lo hacen a través de anécdotas y leyendas, entre ellas, una historia sobre él en la obra de Zhuangzi (Chuang -Tzu), literalmente: “libro verdadero de la florescencia cultural del sur”. La primera fuente histórica o biográfica se encuentra en las memorias históricas de Sima Qian del siglo I a. C.; sin embargo, él mismo escribe que sus fuentes y materiales serían muy inseguros y que ha encontrado afirmaciones muy contradictorias sobre Lao-Tse. Por ello, se ha sostenido que no es seguro que este maestro haya vivido realmente alguna vez, y más bien sea un tótem creado fruto del pensamiento y el dialogo de diferentes personas a lo largo del tiempo.
A pesar de todo este misterio, por qué no abrir nuestra mente y leer lo que nuestro oráculo encarnado en una persona o en varias, al que llamamos, Lao-Tse, dijo. Hoy, en esta habitación propia, que es nuestra, abramos algunos de los pasajes de su libro, “Tao Te Ching”:
“Observa tus pensamientos, se convierten en tus palabras.
Observa tus palabras, se convierten en tus acciones.
Observa tus acciones, se convierten en tus hábitos.
Observa tus hábitos, se convierten en tu carácter.
Observa tu carácter, que se convierte en tu destino
Si no cambias de dirección, puede que llegues a tu destino.
El tiempo es una creación.
Decir “no tengo tiempo” es como decir no quiero.
¿Tienes la paciencia para esperar hasta que el lodo se asiente y el agua esté clara?.
Puedes permanecer inmóvil hasta que la acción correcta surja por sí sola.
Deja de irte y llegarás.
Deja de buscar y veras.
Deja de huir y te encontrarán.
Cierra tu boca.
Bloquea tus sentidos.
Debilita tu agudeza.
Desata tus nudos.
Suaviza tu mirada.
Asienta tu polvo.
Ésta es la identidad primordial.
La vida es una serie de cambios naturales y espontáneos.
No te resistas a ellos, que sólo crearás tristezas.
Deja que la realidad sea realidad.
Deja que las cosas fluyan naturalmente como quieran.”
Querido lector, querida lectora, desátese el pelo, ande descalzo, coma si quiere en la cama, pero suelte el control. Sólo usted sabe lo que está conectado a la profundidad de su alma. Usted es único, única, e irrepetible, aunque en nuestra sociedad del consumo nos quieran hacer a todos “diferentemente iguales”. Bloquee sus sentidos para mirarse hacia dentro. Usted también forma parte de este dialogo sobre el cambio permanente y la verdad universal. Lao-Tse, sea quien sea, o fueran quienes fueran, miles de años antes y a miles de kilómetros de nosotros, vienen a abrirnos la puerta a llegar a quienes somos con sus palabras. Deje de irse y llegará. Usted lo sabe. Confíe. Yo confío en usted.
